Se
denomina arte de acción (action art o life art) a un grupo variado de técnicas
o estilos artísticos que hacen énfasis en el acto creador del artista, en la
acción. Este proceso del artista puede ser en solitario o acompañado por otras
personas.
El
término fue creado por Allan Kaprow, que señaló la interrelación entre el
artista y el espectador en el momento de creación artística. También cabe
destacar el aspecto efímero de muchas de estas creaciones, elemento a menudo
presente en la mente del artista en la concepción de su obra. Se podría decir
que el arte de acción nació en los años 1920 con el dadaísmo y el surrealismo,
en montajes artísticos como el collage y el assemblage; sin embargo, el
movimiento cobrará importancia especialmente desde los años 1960, con grupos
como Fluxus y Gutai. Entre las múltiples formas de expresión del arte de acción
figuran el happening, la performance, el environment y la instalación.
A
partir de los años 1960, los países de la Europa occidental entraron en una
etapa de prosperidad económica, gracias a su desarrollo industrial y
tecnológico. A pesar de ello, la sociedad occidental no pudo evitar el malestar
generalizado que casi siempre emergía en forma de contestación juvenil. Se
produjo una protesta contra las estructuras autoritarias de la sociedad industrial;
prueba de ello son el movimiento hippie, las diversas formas de contracultura
norteamericana y los movimientos estudiantiles de la vieja Europa, en especial
el Mayo Francés de 1968, que confluyó con las luchas sindicales de la clase
obrera.
Performance
en la Avenida Reforma de la Ciudad de México.
Arte y acción
Aunque
el arte de acción propiamente dicho haga referencia a un conjunto de
actividades llevadas a cabo por determinados grupos de artistas o por algunas
personas que trabajaron en solitario a lo largo de los años 1950 y en la
siguiente década, no deja de ser cierto el hecho de que ya en el período de las
primeras vanguardias hubo momentos en los que, durante las llamadas veladas
futuristas o sesiones dadaístas, se desarrollaron acciones que bien pueden
considerarse como precursoras de las más recientes.
A
comienzos de los años 1950, en el Black Mountain College de Carolina del Norte,
el músico John Cage y el coreógrafo Merce Cunningham protagonizaron algunas de
esas acciones que, más tarde, se llegarían a considerar como auténticos
happenings. Del mismo modo, para algunos historiadores del arte contemporáneo,
el arte de acción de Jackson Pollock también podría ser considerado como
precedente de aquellos.
La
enorme dificultad que se presenta a la hora de definir lo que es un happening
ha hecho que se haya optado por huir del pragmatismo que implica cualquier
definición y, en cambio, se prefiera aludir a una serie de características que,
en líneas generales, confluyen en la mayor parte de actividades conocidas bajo
esa denominación.