El
racionalismo, también llamado Estilo internacional o Movimiento moderno, fue un
estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965,
aproximadamente. Suele ser considerado como la principal tendencia
arquitectónica de la primera mitad del siglo xx. Fue un movimiento de amplio
alcance internacional, que se desarrolló por toda Europa, Estados Unidos y
numerosos países del resto del mundo. Entre sus figuras sobresalen: Walter
Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Jacobus Johannes Pieter Oud,
Richard Neutra, Rudolf Schindler, Philip Johnson, Alvar Aalto, Eliel y Eero
Saarinen, Erik Gunnar Asplund, Josep Lluís Sert, Louis Kahn, Pier Luigi Nervi,
Gio Ponti, Kenzō Tange, Lúcio Costa y Oscar Niemeyer.
Este
movimiento no tiene una designación homogénea en todos los países. En español
se suele emplear más el término «racionalismo», aunque en otros países especialmente
en el mundo anglosajón dicho término se suele circunscribir al ámbito italiano,
al racionalismo practicado por el Gruppo 7 y el M.I.A.R. En cambio, en esos
otros países se suele emplear con más frecuencia el término «Estilo
internacional» (en inglés, International style), que tiene su origen en la
exposición organizada por Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson en el Museum
of Modern Art de Nueva York en 1932 y en el libro publicado por ambos The
International Style: Architecture since 1922. Un término sinónimo es
«Movimiento moderno» (en inglés, Modern Movement), procedente del libro
Pioneers of Modern Movement from William Morris to Walter Gropius (1936), de
Nikolaus Pevsner. Este último tiene un sentido más extenso e incluiría, además
del racionalismo o Estilo internacional, a los movimientos de vanguardia de las
dos primeras décadas del siglo xx, como el expresionismo, el cubismo, el
futurismo, el neoplasticismo y el constructivismo, considerados en ocasiones
genéricamente como un «prerracionalismo» o «protorracionalismo».
Casa
Farnsworth (1946), de Ludwig Mies van der Rohe
CARATERISTICAS
El
racionalismo fue un movimiento heterogéneo con orígenes tanto geográficos como
cronológicos difíciles de precisar. Se podría decir que fue más bien una
confluencia de distintos estilos que convergieron en unas características
comunes, las cuales se evidenciaron de forma más clara después de la Primera
Guerra Mundial. Sus características generales se fueron fraguando poco a poco
en la obra y aportaciones de todos los movimientos y arquitectos que se
consideran antecedentes de este estilo . Cuando estas características fueron
analizadas más concienzudamente se pudo determinar que la mayoría de
realizaciones de este nuevo estilo se basaban en varios puntos principales:
utilización de un lenguaje funcionalista, empleo de formas geométricas simples
y estructuras regulares, tendencia a una ordenación vertical-horizontal,
renuncia a la ornamentación y uso de materiales de tipo industrial (hormigón,
acero, cristal). Pese a ello, es difícil hablar de un estilo homogéneo y, de
hecho, muchos arquitectos racionalistas afirmaban que ellos no tenían estilo,
sino que lo suyo era «una forma puramente racional de diseño».
Los
postulados ideológicos del racionalismo se basaban en el progreso y la
modernidad, con una apuesta decidida por la producción industrial y mecanizada,
así como una organización racional del trabajo. Con tendencia a un ideario
político progresista e igualitario, querían elaborar un nuevo lenguaje
constructivo que sirviese para renovar la sociedad, lo que se plasmó
especialmente en su interés por el urbanismo y la vivienda social.1 Así pues,
se podría decir que los fundamentos del racionalismo se encuentran en la
«conciliación entre progreso tecnológico y compromiso social», según Jeremy
Melvin.
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