domingo, 5 de mayo de 2019

RACIONALISMO

El racionalismo, también llamado Estilo internacional o Movimiento moderno, fue un estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965, aproximadamente. Suele ser considerado como la principal tendencia arquitectónica de la primera mitad del siglo xx. Fue un movimiento de amplio alcance internacional, que se desarrolló por toda Europa, Estados Unidos y numerosos países del resto del mundo. Entre sus figuras sobresalen: Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Jacobus Johannes Pieter Oud, Richard Neutra, Rudolf Schindler, Philip Johnson, Alvar Aalto, Eliel y Eero Saarinen, Erik Gunnar Asplund, Josep Lluís Sert, Louis Kahn, Pier Luigi Nervi, Gio Ponti, Kenzō Tange, Lúcio Costa y Oscar Niemeyer.

Este movimiento no tiene una designación homogénea en todos los países. En español se suele emplear más el término «racionalismo», aunque en otros países especialmente en el mundo anglosajón dicho término se suele circunscribir al ámbito italiano, al racionalismo practicado por el Gruppo 7 y el M.I.A.R. En cambio, en esos otros países se suele emplear con más frecuencia el término «Estilo internacional» (en inglés, International style), que tiene su origen en la exposición organizada por Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson en el Museum of Modern Art de Nueva York en 1932 y en el libro publicado por ambos The International Style: Architecture since 1922. Un término sinónimo es «Movimiento moderno» (en inglés, Modern Movement), procedente del libro Pioneers of Modern Movement from William Morris to Walter Gropius (1936), de Nikolaus Pevsner. Este último tiene un sentido más extenso e incluiría, además del racionalismo o Estilo internacional, a los movimientos de vanguardia de las dos primeras décadas del siglo xx, como el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el neoplasticismo y el constructivismo, considerados en ocasiones genéricamente como un «prerracionalismo» o «protorracionalismo».

Casa Farnsworth (1946), de Ludwig Mies van der Rohe


CARATERISTICAS


El racionalismo fue un movimiento heterogéneo con orígenes tanto geográficos como cronológicos difíciles de precisar. Se podría decir que fue más bien una confluencia de distintos estilos que convergieron en unas características comunes, las cuales se evidenciaron de forma más clara después de la Primera Guerra Mundial. Sus características generales se fueron fraguando poco a poco en la obra y aportaciones de todos los movimientos y arquitectos que se consideran antecedentes de este estilo . Cuando estas características fueron analizadas más concienzudamente se pudo determinar que la mayoría de realizaciones de este nuevo estilo se basaban en varios puntos principales: utilización de un lenguaje funcionalista, empleo de formas geométricas simples y estructuras regulares, tendencia a una ordenación vertical-horizontal, renuncia a la ornamentación y uso de materiales de tipo industrial (hormigón, acero, cristal). Pese a ello, es difícil hablar de un estilo homogéneo y, de hecho, muchos arquitectos racionalistas afirmaban que ellos no tenían estilo, sino que lo suyo era «una forma puramente racional de diseño».

Los postulados ideológicos del racionalismo se basaban en el progreso y la modernidad, con una apuesta decidida por la producción industrial y mecanizada, así como una organización racional del trabajo. Con tendencia a un ideario político progresista e igualitario, querían elaborar un nuevo lenguaje constructivo que sirviese para renovar la sociedad, lo que se plasmó especialmente en su interés por el urbanismo y la vivienda social.1​ Así pues, se podría decir que los fundamentos del racionalismo se encuentran en la «conciliación entre progreso tecnológico y compromiso social», según Jeremy Melvin.





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